Por Rafael A Serra Colón
No todos los hispanos que viven en los Estados Unidos son inmigrantes, muchos de ellos pertenecen ahí.
Las redadas para arrestar y deportar a inmigrantes ilegales continúan en todos los Estados Unidos (incluyendo Puerto Rico). Esa campaña, iniciada por las órdenes ejecutivas firmadas por el presidente Donald Trump del 20 de enero de 2025, busca combatir lo que él llama “una invasión de inmigrantes ilegales que pertenecen a gangas criminales y organizaciones terroristas que vienen al país a causar problemas.”
El Presidente declaró una emergencia nacional en la que designa a los miembros de carteles del narcotráfico y organizaciones terroristas como enemigos de guerra de la nación. Esta ley le da al Presidente la autoridad en tiempos de guerra para deportar a aquellos considerados enemigos del país, y permite que las deportaciones realizadas bajo ella procedan sin pasar por el sistema judicial de inmigración.
Para ello, el Departamento de Seguridad Nacional ha intensificado el control de la frontera sur con México y cambiado el proceso de solicitud de admisión a los Estados Unidos a uno más riguroso. También han establecido un sistema de registro de inmigrantes que facilite detectar si están envueltos en actividades delictivas, narcogangas o organizaciones terroristas.
Sin embargo, es importante señalar que no todos los “mexicanos” que viven en Estados Unidos son inmigrantes, muchos de ellos son de ahí. Recordemos que gran parte del oeste y sur de los Estados Unidos perteneció a México. El estado de Texas, por ejemplo, era un estado mexicano hasta que se independizó en 1836, formando la República de Texas, para luego anexarse a los Estados Unidos en 1845.
Lo que quiere decir que muchos de las comunidades de ascendencia mexiana que viven hoy en Texas no son inmigrantes ya que sus familiares y ancestros llevan viviendo ahí por siglos. Incluso, muchos de ellos son decendientes directos de los indios aztecas que habitaban esas tierras antes de la llegada de los españoles. A ellos no se les puede trarar como inmigrantes, sino como nativos y como ciudadanos americanos ya que nacieron y tienen sus raíces en esas tierras.
Del mismo modo, Puerto Rico fue colonia de España hasta que en 1898 se convirtió en territorio de los Estados Unidos y los puertorriqueños pasaron a ser ciudadanos americanos. Por tal razón, los boricuas no son inmigrantes, ya que pertenecen a Puerto Rico. Y si están viviendo en cualquiera de los 50 estados de la nación amerciana, tienen los mismos derechos y privilegios de cualquier otro ciudadanos americano.
La invasión de terroristas y criminales disfrazados de inmigrantes ilegales es real y su misión es destruir la sociedad americana desde las entrañas, rompiendo familias enteras, provocando divorcios y sembreando cizañas dentro de las comunides para que nadie pueda confiar en nadie y no hablen entre sí.
En ese sentido, las iniciativas tomadas por la administración de Donald Trump son acertadas y cumplen con su deber de proteger la estabilidad de la unión americana, pero tienen que ejecutarse con cuidado, conscientes de que Estados Unidos es una nación formada por inmigrantes y de que su fortaleza recae precisamente en la diversidad.
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