3 de mayo de 2000
Se levanta a las cinco de la mañana. Aprovecha los primeros rayos del
Sol para repasar su agenda del día y organizarse para poder realizar todas las
tareas que tiene programadas y que no se le quede ni una sin cumplir, ya que
para el otro día tiene otra agenda igual de cargada.
Una agenda típica de Luis Molina consta de reuniones con ejecutivos de
grandes empresas puertorriqueñas a quienes tiene que convencer para que auspicien
los proyectos cinematográficos que se avecinan, intercalado con acudir a los
escenarios de filmación de las películas que esté realizando en el presente,
que pueden ser hasta tres a la vez.
A las siete de la mañana se presenta a dictar cátedra, en la
Universidad del Sagrado Corazón (USC), en Santurce, donde comparte con sus
estudiantes los conocimientos y experiencias que ha adquirido durante su
exitosa carrera de cineasta.
Se presenta con un carácter enérgico, lleno de estámina y motivación
que demuestra el orgullo que siente al contar sus anécdotas del mundo
cinematográfico. Mientras imparte la clase, se percibe en su rostro como su
cerebro está cuadrando los problemas que enfrentará tan pronto den las nueve de
la mañana y salga del salón.
Su celular suena dos o tres veces por sesión provocando un paréntesis
en su clase y lo primero que hace al reanudar la conferencia es explicar a sus
estudiantes quien lo llamó y ¿por qué?
“ Disculpen, es que ahora mismo están montando escenografía en Juana
Díaz y en las producciones de bajo presupuesto, cada vez que se presenta
cualquier improvisto no se atreven a mover un dedo sin preguntarme”.
Una vez termina la clase, enciende las turbinas y vuela como centella
por todo Puerto Rico cumpliendo con todos los compromisos programados y al
final del día debe regresar a la USC para la sección vespertina de su clase de
Producción Cinematográfica.
Se describe como un jíbaro frega’o, natural del Barrio Frondón de
Ciales cuya familia vino a vivir a la zona metropolitana, donde se desarrolla
como ser humano. “A la corta edad de cinco años entré en contacto con el mundo
del cine y la televisión y me enamoré de lo que iba a ser en el futuro”.
Estudió en la Escuela Superior Central y comenzó a trabajar en el
canal seis (6), del gobierno de Puerto Rico, a los 14 años, en donde laboró por
más de una década. Aquí se le ofrece una beca para estudiar comunicaciones
fuera de Puerto Rico y parte hacia Madrid, España, donde hace su Bachillerato
en Cine.
Al regresar a Puerto Rico, continúa trabajando en el Canal 6 hasta que
se le presenta la oportunidad de trabajar para la Cadena CBS de los Estados
Unidos como camarógrafo internacional por cinco años. CBS le dio la oportunidad
de trabajar en los concursos de Miss Universo, cubrir eventos en diferentes
partes del mundo, como Roma, Noruega, el Lejano Oriente y las peleas de Foreman
y Alí en Zaire, África.
“ Uno de los eventos que cubrí como camarógrafo fue el envenenamiento
que hizo Jimmy Jones en Guyana donde murió prácticamente toda su secta con un
ponche que preparó con veneno, y yo llegué una hora después de ese
acontecimiento”, narra Molina, sentado en su oficina aprovechando esta
entrevista para tomar un descansito ya que luego tendría tres reuniones más.
De vuelta a Puerto Rico sentía que su formación estaba incompleta y
pasó a estudiar otro Bachillerato en Administración de Empresa con
concentración en Contabilidad y Mercadeo. Obtenido el diploma, continuó
estudios para ser Contador Público Autorizado y “dos años después cogí el examen
y gracias a Dios lo pasé”.
Comenzó a producir documentales como Allá viene el temporal, La
Vida y Obra de Don Luis Muñoz Marín y La historia del Teléfono, a pesar de
que todavía se sentía inconforme con su preparación académica. En 1979 y con
apenas 24 años de edad, comenzó a dar clases en la Universidad del Sagrado
Corazón y fue nombrado Cineasta Residente en 1988, título que es vitalicio. La
Universidad le dio la oportunidad de hacer una Maestría, y la realizó en
Arquitectura.
“Todas esas carreras que he hecho, las estoy aplicando a la industria
del Cine. Yo diseño la escenografía, brego con la contabilidad de los
proyectos, y produzco la película”, explica.
Al día de hoy, Molina cuenta con más de 25 películas en su resume,
cuatro de ellas largometrajes; Los
Cuentos de Abelardo, La Guagua Aérea,
Los Cuentos para Despertar, y Leyendas de Puerto Rico.
Lo que más satisfacción le da es que sus producciones han tenido muy
buena aceptación dentro de la cultura puertorriqueña. “El público ha apoyado el
cine que yo hago. Ejemplo de ello fue La
Guagua Aérea, que estuvo siete meses en cartelera. Esto me ha permitido
desarrollar la industria del cine educativo de Puerto Rico”.
La Guagua Aérea ha sido la
película puertorriqueña de mayor éxito. Logró poner a Puerto Rico en las
páginas del libro de récords mundiales, Guinness,
al ser la primera película en ser estrenada a bordo de un avión, el 6 de agosto
de 1993, en un vuelo de San Juan a Nueva York. Se mantuvo siete meses
presentándose en las salas de cine del país, y un año en algunas ciudades de
hispanos en los Estados Unidos como Chicago.
“ Si ese evento fue extraordinario, el evento mayor va a ser el que
viene próximamente con La Guagua Aérea
parte 2, que se llama, El sueño de
regreso”, cuyo estreno será a bordo de dos Concordes que partirán del
Aeropuerto Internacional Luís Muñoz Marín, en San Juan, el próximo 5 de
diciembre del año 2000, hacia la ciudad de París, evento que hará historia a
nivel mundial.
“ No solamente la vamos a estrenar en dos Concordes, sino que vamos a
inaugurarla en París”, dijo Molina evidenciando gran emoción al hablar de lo
que ha llamado El Viaje del Siglo,
“queremos hacer un evento de esa película.”
El Sueño de Regreso presentará
la historia de “qué ha pasado con todas esas personas 35 años después de
haberse ido a Nueva York y en qué forma ha cambiado la forma como los
puertorriqueños viajan ahora en el presente”, sostuvo, explicando además que
será una comedia sana que “va a gustar muchísimo”.
El tropiezo mayor al que se ha enfrentado Molina no ha sido
exclusivamente la dificultad de conseguir el dinero para producir las
películas, este es un trago amargo de todo cineasta boricua, pero casi siempre
se sobre pasa y se consigue. El obstáculo más grande es que una vez la película
está terminada, ninguna sala de cine la quiera proyectar.
“ Eso pasó con Los Cuentos para
Despertar, que después que hicieron las copias para los teatros, la
presentaron una semana solamente. Lamentablemente las cadenas de cine de aquí
tienen todo su tiempo copado por todas las películas que vienen de afuera, pero
el cine puertorriqueño no tiene su espacio”.
“La otra gran decepción es no recibir el apoyo que uno espera del
gobierno local. El apoyo del gobierno es a medias, muy tímidamente. El cine
puertorriqueño para ellos no tiene prioridad. El cine que tiene prioridad para
ellos es el que viene de afuera, ni importar que presenten la isla como un país
lleno de drogas, que las mujeres son putas, y los hombres son drogadictos. Ese
es el concepto que se vende de la Isla. Lo importante para el Gobierno es que
vengan a hacer películas y que vengan a dejar dinero aquí. No importa que cojan
a la Isla y la destrocen moralmente allá”.
“ Nosotros los cineastas de Puerto Rico nos sentimos ofendidos porque
la Corporación de Cine de Puerto Rico, solamente apoya al inversionista de afuera que viene a dejar
muchos chavos aquí... Ahí les dan todos a ellos. Cuando nosotros vamos a
pedirle esos mismos derecho, ni nos hacen caso. Y mientras este gobierno esté
en el poder, si la película no es en inglés no te la apoyan”.
Se le preguntó, ¿Cómo ve a los nuevos cineastas que están surgiendo de
la misma USC, como los que realizaron Complot?
Molina reaccionó un poco molesto: “ Es un error llamar a la gente que
hace Complot, cineasta. Porque ellos no hacen cine, hacen vídeo. ¡Eso no es
cine!”
Al compararse con otros cineastas, Molina dice: “Cada cual tiene su
estilo. Jacobo se dedica a hacer
películas donde el escribe, el actúa, y son películas exclusivamente de él. El
cine que yo hago es un cine educativo. Yo cojo la obra literaria de cualquier
autor. En un momento cogí La Guagua
Aérea de Luis Rafael Sánchez y en otro a don Abelardo Díaz Alfaro. Es un
cine donde yo realmente cojo la obra no importa del autor que sea y trato de
plasmarla al cine”.
“Gracias a Dios, he tenido muchas producciones y en las Navidades
pasadas pude cumplir otro de mis sueños que era producir un gran espectáculo
musical, llamado Puerto Rico canta en
Navidad, que presenta lo mejor de la música Navideña, de 1900 a 1999".
“Mi carrera, yo me la disfruto. Todas las mañanas le doy gracias a
Dios por lo que hago y por las noches le doy gracias por todas las cosas bellas
que he hecho en el día y que haré en el
día siguiente”.
“ Mi consejo es que no renuncien a sus sueños. Yo he soñado mucho en
mi vida y he realizado la gran mayoría de mis sueños. El reto mayor es lograr
lo que se quiere lograr. Sentirse orgulloso de lo que es, de lo que quiere
hacer, y por su puesto hacerlo. Y si fracasa, siganlo intentando.”
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