27 de marzo de 2000
El desastre apocalíptico que los
expertos del mundo aseguraban que ocurriría cuando los relojes hicieran la
transición hacia las 12:00am del primero de enero del 2000, fue el responsable
de que empresas y hogares en todo el planeta gastaran billones de dólares en
medidas que los salvaran de los efectos del denominado Y2K, todo en causa
perdida. El milenio llegó y nada pasó.
“ Todavía estamos sufriendo por todo lo
que se gastó en lo del Y2K”, declaró Miguel Fernández, presidente de FR&S
Corp / Rest. Tropical, Inc., empresa que administra los restaurantes Tropical,
y depende en gran medida de la tecnología.
Fernández explicó que “nuestros menús
son computarizados. Los meseros entran las órdenes a través de la computadora.
Contamos con un website que usamos para publicidad y tomar órdenes, delivery’s,
y reservaciones. Cuando salió lo del bug (virus), fue como una ley poner todos
los esfuerzos en revisar todo el sistema, porque sino se nos paralizaba el
negocio”.
Orlin Gobles, presidente de One World
Productions, empresa que administra las discotecas Babylon y Area 51, reveló
que “un consultor de computadora nos metió miedo diciendo que si no
actualizábamos los sistemas todo se iba a apagar a la media noche de la
despedida del milenio y gastamos un montón de chavos en cambiar todo el
equipo.”
Tanto Fernández como Gobles tienen algo
en común, coraje, porque el 2000 llegó y no se vieron ni las sombras del
desastre mundial. “ No es desear que pasen cosas malas, no, que bueno que no
pasó nada. Es que todos fuimos víctimas de una campaña dirigida por las
potencias tecnológicas del mundo”, argumentó Gobles.
Según una tabla publicada en febrero de
2000 en la página cibernética de CNN, las ganancias de compañías como
Microsoft, Dell, y Compac aumentaron en más de un 300% desde que se anunció el
fenómeno del Y2k a finales de 1997.
“ ¿Por qué el gobierno no hace una
investigación para ver quienes estuvieron detrás de esto, y ver quiénes se
enriquecieron?” planteó Fernández.
En efecto, según John Koskinen, Director del Comité
Presidencial que atendió la transición al año 2000, la Casa Blanca ya ordenó
una investigación profunda para determinar si el terror del Y2K era real, o un
truco comercial a favor de las grandes empresas de electrónica. De esto ser
cierto, “representaría el esquema de fraude más grande de la historia” apuntó Koskinen.
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