(Tercero de tres artículos acerca del Napster)
11 de diciembre de 2000
Nota del
editor: En este tercer y útlimo reportaje sobre el conflicto
legal entre el Naspter y la industria de la música presentaremos opiniones de
varios expertos en la materia sobre los efectos que va a tener este caso en el
futuro del medio de comunicación más reciente, la internet. Pero el futuro, no
está tan lejos como pensamos. Los efectos ya se están viendo.
Por más de 200 años Estados Unidos ha protegido la propiedad
intelectual de cada ciudadano, asegurándose de que el creador sea propiamente
compensado por el uso de su trabajo. Ahora, en el Siglo 21, llegan nuevas
interrogantes de hasta donde aplican las leyes del copyright en una época en la
que el trabajo creativo de una persona está al alcance de todo el planeta por
medio de la internet.
Esta pregunta ha cobrado más fuerza desde que se creó el programa de
computadoras, Napster, el cual permite al usuario tener acceso a la música que
tengan los usuarios que estén conectados en cualquier parte del mundo, de forma
gratuita.
Ante la gran acogida que ha tenido el Napster, cinco compañías líderes
de la industria de la música (Sony, BMG, EMI, Warner y WEA) presentaron una
demanda por violación a las leyes del copyright. Las compañías reclaman que el
Napster está distribuyendo música protegida por la ley sin pagar regalías,
mientras que Napster dice que la música nunca está en su poder, sino que los
usuarios son los que se intercambian los archivos, y que de esta forma ellos
(Napster) no están incurriendo en ningún acto ilegal, además que alegan que el
intercambio de música es para uso doméstico y que en ningún momento se fomenta
la venta de la música adquirida a través del sistema.
"¿Cuando uno copia una canción y le regala la copia a un amigo,
es ilegal?" pregunta, retóricamente Peter Jaszi, abogado especializado en
asuntos de "copyright" y la nueva era digital, respondiendo:
"No. Ese es un uso doméstico que está permitido por ley. ¿Pero si uno le
regala un duplicado a mil amigos, es ilegal?"
Agrega que la ley es ambigua cuando se busca un número específico y
hasta que la Corte de California no defina este punto, el caso no será
resuelto. "Porque esta es precisamente la base de la polémica. Napster
dice que el uso que los cibernáutas le dan a las canciones es doméstico. ¡Pero
son 70 millones de personas intercambiando música!"
Jaszi no tiene duda que ante la era digital, en la que cualquier cosa
puede ser distribuida a millones de personas, el congreso tendrá que modificar
mucho de los principios de la ley de "copyright".
Por otro lado, Teófilo Molina, experto en tecnología y Artista Gráfico
con consultorio localizado en Guaynabo, Puerto Rico entiende que "los
sellos discográficos no ganan nada con tumbar el Napster. Los cibernáutas encontrarán
otros medios para conseguir música gratis", y coincide con Jaszi en que
"le corresponde a la Corte de California determinar los límites entre
duplicar material para uso doméstico y para uso comercial".
"El caso contra el Napster ralla muy de cerca con el principio
constitucional de la libre expresión," agregó Molina, "ya que se ha
generalizado la idea de que todo lo que está en la internet es de dominio
público, y la gente se olvida que muchas de esos recursos tienen dueño".
A tales efectos el Congreso de los Estados Unidos incorporó aprobó el
Digital Millenium Act en 1998, proyecto cuyo objetivo es manejar las
particularidades que puedan presentarse con las nuevas tecnologías, incluyendo
el internet.
La sección 201 de dicho proyecto estipula que ningún proveedor de
servicio será penalizado por el mal uso que sus clientes le den a sus
servicios, siempre y cuando el servidor no altere, ni intervenga con el
material en discusión.
Aníbal Jover, presidente de Casa de los Tapes entiende que el efecto
del caso del Napster ya se está viendo en el mercado global. "Las
distintas casas disqueras están presentando en sus páginas de internet la
opción de bajar una o dos canciones de tal o cual artista, como medio de
promoción. Esto es una consecuencia directa del Napster. Antes esto no se
veía".
El empresario puertorriqueño admitió que "el internet es un
vehículo más de venta y que hay que ser bien abierto" a las posibilidades
que traiga esta nueva tecnología. A la misma vez anunció que la página de
internet de Casa de los Tapes ofrece la oportunidad de comprar alrededor de
2,500 CD's a través de la internet, y que el sitio cibernético está en
constante cambio adaptándose a las nuevas tendencias del mercado.
Una de las razones principales que tienen los cibernáutas para usar el
Napster es que les permite adquirir una canción que posiblemente es la única
pieza buena de un CD. Ante esta tendencia, a lo que Jover prefiere llamar un
reclamo de la clientela, entiende que a lo que va dirigida la industria de la
música es a "vender las canciones individualmente a cuatro y cinco dólares
cada una".
"Lo que yo visualizo de cómo van a funcionar las tiendas de disco
del futuro es que el cliente pedirá una lista de diez canciones que quiere en
un CD, y la tienda se las grabará y le venderá un disco con todos los temas que
el cliente pidió", añadió.
"Ahoramismo hay muchas nuevas tecnologías que están surgiendo,
pero los fabricantes siempre se aguantan para ver como le va al otro, para
entonces tirar el suyo. Ya se está hablando de MP4 que sería un formato de
música superior al de un CD, e incluso de un formato que combine audio y video
simultáneamente", agregó Jover.
En Puerto Rico, al igual que en Estados Unidos y otros paises del
mundo, se han vuelto populares los CD Recorders, o quemadores de CD, que
permiten grabar lo que uno quiera a un disco compacto.
Esto presenta un atractivo increible para los que se lucran de la
piratería de discos o películas ya que el poder grabar en CD brinda una calidad
perfecta a la copia fraudulenta.
El surgimiento de películas en formato digital (DVD) ha incrementado
el auge de piratas cibernéticos. Actualmente se han detectado varios programas
parecidos al Napster, pero que en vez de copiar música, se dedican a copiar
películas completas, usando una nueva tecnología practicamente desconocida para
el resto del mundo.
"El verdadero reto de la sociedad moderna es como lidiar con el
acceso a la propiedad intelectual," asegura Jaszi, " Actualmente
parece imposible controlar la internet ya que es un medio en el que los
usuarios son anónimos y de todas partes del mundo. La tecnología no va a
desaparecer.
Al cierre de este reportaje, el caso contra el Napster se encuentra en
un limbo legal. El público en general apoya el Napster. El mundo de los
negocios lo condena.
El acuerdo logrado con el sello BMG parece que le puede dar a Napster
un empujón para salir aflote y demostrar su buena voluntad ante los otros
cuatro sellos discográficos, quienes desistieron de seguir el ejemplo de BMG y
continuarán adelante con la inquisición.
El desenlace del caso es impredecible. Peter Jaszi entiende que
"si la corte asume que el caso de Betamax sostiene la defensa de Napster
de que no viola la ley porque la transferencia de música es para uso doméstico,
Napster tiene buenas oportunidades de ganar".
Por su parte Aníbal Jover no le ve esperanzas al Napster: " Para
mí Napster tiene los días contados. Si ganan este caso, van a venir más
demandas, una tras otra, hasta que lo destruyan. Es que si no es así, la
industria de la música podría verse seriamente afectada. Personalmente, si yo
fuera uno de los sellos discográficos, pelearía hasta el final en corte hasta
acabar con el Napster y luego lo compro. ¿Por qué? Porque es un medio de
promoción que ya está creado y que está requetedemostrado que funciona".
Todos los expertos coinciden en una cosa, la forma como el público
visualiza la internet ha cambiado. En el futuro, la internet servirá para ver
televisión en vivo, conversar telefónicamente con seres queridos a larga
distancia, y ventajas que probablemente a nadie se les han ocurrido aún… aunque
quien sabe si ahora mismo, en algún dormitorio de una universidad haya un
estudiante pegado a su computadora porque se le ocurrió una idea de como
utilizar algo que todos consideran obvio para hacer algo totalmente innovador.
Nota del
editor: No importa las leyes y regulaciones que se impongan a la
internet, el control de lo correcto e incorrecto recae en cada persona. La
censura institucional no debe ser permitida de ninguna forma, y regular la
internet es una peligrosa forma de tronchar el fundamento de la libertad de
expresión. La responsabilidad es de cada ciudadano de utilizar esa maravillosa
herramienta con propiedad.
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